Sistemas de potabilización y filtración

Planta de potabilización

Los problemas de abastecimiento de agua conducen a la explotación de acuíferos que, tanto en cantidad como en calidad, presentan concentraciones de sales inadecuadas para el ser humano.

Las soluciones que puede adoptar la empresa dependen de las características del agua y de la tecnología de tratamiento del agua utilizada. La base para lograr una solución correcta a los problemas relacionados con el agua de la empresa es un análisis adecuado del agua de entrada o de alimentación, seguido de un diseño acorde que lleve a definir el tratamiento más adecuado y el dimensionamiento correcto.

Según la fuente de suministro, el agua se acerca más o menos a las características de potabilidad, higiene, calidad. La planta potabilizadora tiene la función de eliminar los elementos naturales o antrópicos que han contaminado el agua o están presentes en exceso: contaminantes, minerales, bacterias, virus.
Además, en función del espacio disponible, también es posible dimensionar y diseñar el patín exterior según las necesidades.

Según el grado de contaminación, polución, alteración de los valores, el agua necesita diferentes tratamientos. Una planta potabilizadora está más o menos articulada y puede constar de diferentes etapas.

  • Tratamientos físicos
  • Tratamientos químicos
  • Refinamiento
  • Desinfección

El Decreto Legislativo 152/2006 distingue el agua en 3 categorías que necesitan un tratamiento diferente :

  • aguas que requieren tratamiento físico y desinfección
  • aguas que requieren tratamiento físico y químico y desinfección
  • aguas que requieren un tratamiento más intensivo, incluido el refinado

Ejemplo de una planta de agua potable

El agua de alimentación sin tratar llega a la planta de tratamiento de agua.

La primera fase consiste en la introducción de sustancias capaces de “interceptar” los sólidos no sedimentables, que luego se agregan en flóculos gracias al proceso de floculación. En esta fase, se introducen en el tratamiento sustancias agregantes, es decir, agentes floculantes (sulfato de aluminio o cloruro férrico), y se obtiene la agregación de las partículas, que luego se separan del agua por filtración. La neutralización de las cargas superficiales facilita la formación de los primeros pequeños agregados sólidos, que posteriormente tienden a hincharse por adsorción de partículas hasta la formación de los primeros flóculos en suspensión.

Para mejorar el proceso, se utilizan agitadores potentes; en la floculación, la agitación no es conveniente porque tiende a romper los flóculos formados. Los agentes floculantes, que pueden ser aniónicos o catiónicos, en función de la carga de las partículas superficiales que se desea desestabilizar, prevén generalmente su utilización en un intervalo de pH específico. Una aplicación que explota el fenómeno de la floculación son las plantas de clarifloculación utilizadas para el tratamiento del agua. En este proceso, las partículas en suspensión en solución forman agregados mayores de peso suficiente para precipitarse y separarse así de las aguas residuales en forma de sedimentos. En la primera fase, el equipo utilizado para la coagulación debe realizar una agitación rápida y enérgica para la disolución y dispersión del coagulante. Para la segunda fase de floculación, se requiere una agitación moderada y lenta para que las partículas coloidales desestabilizadas formen flóculos de tamaño suficiente para sedimentar. Esta operación se lleva a cabo bien en un tanque equipado con agitación, bien dentro de unidades de sedimentación sucesivas, utilizando la recirculación de lodos. Este tipo de planta, que requiere bajas cantidades de agua y costes relativamente bajos, se utiliza para el tratamiento preliminar que potabiliza el agua para poder clorarla, almacenarla y enviarla al sistema de distribución a través de una unidad de presurización.